¿POR QUÉ ESTAREMOS TAN CANSADOS ?
Estamos a tres meses de que un año más termine... tres meses en que queremos hacer todo aquello que planificamos para 365 días... corremos todo el día, hay que cumplir con las metas de la oficina, apo...
| Paulina Respaldiza Paulina Respaldiza
Estamos a tres meses de que un año más termine... tres meses en que queremos hacer todo aquello que planificamos para 365 días... corremos todo el día, hay que cumplir con las metas de la oficina, apoyar a nuestro hijos en los últimos meses de colegio, preparar la Navidad, planificar las vacaciones...
La frase que se repite en la gran mayoría de las personas "estoy agotado", "me cuesta levantarme en las mañanas", "ojalá el día tuviera más horas"... y tantas otras expresiones. Basta con escuchar con un poco más de atención y confirmar que esta situación es una realidad.
Más allá de las actividades propias de fin de año, siento que el problema radica en un punto vital: nos falta la verdadera alegría que da reposo. Hoy hemos sustentado nuestra alegría en los sentidos y hemos perdido la verdadera, aquélla que fluye del espíritu.
El Padre Kentenich escribió un libro maravilloso "Las Fuentes de la Alegría". Con su mirada visionaria nos conduce por los caminos que nos llevan a la felicidad plena, donde el amor y su fruto, la alegría, son una unidad. En el texto, nuestro fundador nos ayuda a descubrir -con su magistral habilidad de conducirnos a las verdades del corazón- que la alegría es el reposo que proviene de un bien conveniente y que, aquellas que nos confortan son las del alma, puesto que son fruto de un verdadero y sólido amor.
Y, ¿qué nos ha pasado? Hemos perdido el alma porque nos hemos esclavizado de las cosas exteriores. Hemos desligado el amor de la alegría. Como explica el Padre Kentenich "el hombre está conectado a las piernas y desconectado del espíritu". Estamos en constante movimiento para no tomar conciencia de nuestra alma, de nuestra originalidad, aquélla que Dios pensó cuando nos creó.
El gran desafío para vencer el "cansancio" que nos domina puede resumirse en las siguientes interrogantes que el Padre Kentenich nos plantea en "Las fuentes de la alegría": ¿De dónde viene muchas veces nuestra afanosa actividad? ¿Por qué todos nuestros logros están orientados hacia fuera? ¿No es acaso, en alguna medida, porque sabemos que en la transformación del propio carácter y en la del alma de los demás, no pueden esperarse éxitos esenciales y, por eso, recurrimos a esta actividad frenética, en la que buscamos triunfos en otros terrenos?
Vale la pena volver a plantearse la pregunta inicial ¿por qué estaré tan cansada? ¿No será que en mi vida he puesto las alegrías en las cosas sensibles? Sólo cuando sea el amor, el que me impulse a Dios y cuando sepa que todo es expresión de Su amor tendré -como dice el Padre Kentenich- la "varita mágica con que todo puede convertirse fácilmente en fuente de alegría".
Los invito a mirar con otros ojos estos tres meses del año que nos quedan.Hagamos conscientes cada día las pequeñas fuentes de alegría y gocemos de ellas, ya que Dios las hace brotar siempre. En su mayoría son alegrías pequeñas que nos salen al encuentro. Ellas están ahí, sólo debemos tener "la varita mágica para descubrirlas".
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