Je suis Charlie y la paradoja de la libertad

¿La libertad de expresión es válida si en aras de ella puedo burlarme del otro? ¿Es posible mantener una libertad religiosa si las religiones son “toleradas” en aras de la concordia y por ello muchas veces ninguneadas y menospreciadas?

Lunes 12 de enero de 2015 | Cecilia Sturla

Los hechos de violencia irracional nos dejan sin palabras ante el horror. Ese fideísmo despojado de todo indicio racional atenta contra la naturaleza misma del hombre, porque justamente nos definimos a nosotros mismos como seres racionales.
Por ello es que el atentado en Francia es condenable desde todas las fibras de nuestro ser: una fe sin el tamiz de la razón, cae indefectiblemente en el fanatismo y en el absurdo.

Y en las tierras de Jean Paul Sartre, ese atentado contra la razón a favor de la religión resulta un insulto aún mayor.

Todos somos Charlie, pero como una manifestante se mostró en las marchas de estos días, "Soy Charlie, judío y policía".

A pesar de ello, en todos estos hechos y sus manifestaciones también me pregunto por el motivo que desata tanta violencia: ¿es posible mantener una libertad religiosa si las religiones son "toleradas" en aras de la concordia y por ello muchas veces ninguneadas y menospreciadas? ¿La libertad religiosa implica que algunas personas no religiosas atropellen y se burlen de las religiones? Es ahí donde nos encontramos con la paradoja de la libertad: yo exijo libertad de expresión, pero utilizo esa libertad para burlarme del otro. Yo exijo la libertad de culto, pero si ese culto no lo entiendo y me burlo sin que me importe si aquella burla no sólo ofende sino que violenta a quien profesa la misma, termino incitando a la violencia amparándome en esa misma libertad de culto.
Con esto no estoy de ninguna manera justificando un hecho tan atroz como la masacre de París. Simplemente me pregunto si somos conscientes que la libertad implica de suyo el respeto por los otros y sus creencias. Y si a estos puntos le sumamos el creciente avance del fanatismo religioso por parte de una rama del islamismo, ello mismo debería llamarnos a la prudencia y a la reflexión: colaboremos entre todos a no "chicanear" para despertar la violencia desmedida. Y ello responde sólo al sentido común: si aquél al que considero mi contrincante lo veo ofuscado e incapacitado para razonar como corresponde, no puedo ni debo provocarlo innecesariamente.
Yo sólo quiero el diálogo responsable, racional, y eso se logra con el profundo respeto por el otro, por más que considere que el otro es un fanático. Y si no puedo dialogar porque no me dejan, entonces esperaré el momento oportuno, pero no voy a provocarlo escondiéndome en la libertad de expresión ni en la libertad religiosa.

Es necesario que todos condenemos estos hechos de violencia. Pero también es necesario que aprendamos a respetarnos unos a otros. Sin estar premisas, la escalada de violencia irá en aumento y nada podrá parar estos atentados que nos sacuden dejándonos conmocionados e inertes.
Diálogo. Encuentro. Respeto. Libertad.

Comentarios
Total comentarios: 1
02/03/2015 - 19:32:07  
Excelente comentario! síntesis exacta de un amar , pensar y sentir organicos! un abrazo a Ceci Sturla

celeste dayub
argentina parana
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